¿Cuál es el significado de Juan 15:13: “Dar la vida por los amigos”?

En Juan 15:13, Jesús revela que la muestra de amor más grande es dar la vida por los amigos. ¿Quiere Dios realmente que muramos unos por otros? ¿Qué quiso decir Jesús? 

¿Por qué dice Juan 15:13?

“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga la vida por sus amigos".

La noche antes de su muerte, Jesucristo habló de manera sincera con los once discípulos (Judas Iscariote ya no estaba con ellos). Sabiendo todo lo que estaba a punto de soportar, Jesus enfatizó muchos de los elementos críticos del evangelio, incluido cómo debe ser el amor verdadero.

En Juan 15:12, Jesús ordenó a sus discípulos: “Que os améis unos a otros, como yo os he amado”.

En el siguiente versículo, amplió este mandato: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”.

Este versículo puede parecer desalentador, pero está lleno de significado para nosotros hoy.

¿Cómo quiere Cristo que entreguemos nuestra vida por los demás? ¿Existen otras formas de aplicar este principio, más allá de sacrificar literalmente nuestra vida física?

¿Qué significa realmente Juan 15:13? ¿Cómo pueden los cristianos aplicar esas palabras de Cristo en el mundo de hoy?

¿Cómo podemos dar la vida por nuestros amigos?

La declaración de Cristo en Juan 15:13 demuestra que su amor por nosotros no tiene límites. Él literalmente entregó su propia vida por sus amigos, hablando de quienes le obedecen (versículo 14). Él exhibió la muestra de amor más notable cuando murió por nuestros pecados, mostrando cómo es el amor verdadero y desinteresado.

Podemos preguntarnos: ¿Cómo pueden los cristianos estar a la altura de este nivel de amor? 

Si bien es cierto que a lo largo de la historia algunos han dado literalmente su vida por otros, la realidad es que la mayoría de nosotros no estaremos literalmente en esa situación, ni queremos estarlo.

Entonces, ¿cómo podemos practicar lo que Jesús habló en Juan 15?

La respuesta viene en el versículo 12, donde Jesús nos ordenó que nos amáramos unos a otros como Él nos amó. El ejemplo que Él nos dio nos da el esquema perfecto de cómo podemos dar nuestra vida por los demás.

El sacrificio de Jesús fue la muestra de amor más grande que cualquier ser humano pueda mostrar jamás, pero dar la vida no necesariamente tiene que incluir la muerte. También tiene que ver con la forma en que Cristo interactuó y sirvió a quienes lo rodeaban. Jesús continuamente, cada día, entregó su vida por aquellos a quienes amaba.

Al amarnos unos a otros como Cristo nos amó, podemos aprender a dar nuestra vida al servicio de nuestros amigos.

Un verdadero amigo está dispuesto a “dar” su tiempo y energía por otros

Durante su ministerio, Jesucristo brindó el ejemplo perfecto de servicio desinteresado, sacrificando continuamente su tiempo y energía en beneficio de los demás.

En Marcos 1 encontramos un relato de las interacciones de Cristo con las personas que lo seguían diariamente. El versículo 32 revela que trabajó con ellos hasta la noche, sanando a los enfermos y expulsando demonios. Jesús podría haber alejado a la multitud y pedirles que regresaran otro día, para poder descansar y tener tiempo personal. Pero no lo hizo. En cambio, dedicó su tiempo a ayudarlos a todos, cambiando muchas vidas en el proceso. 

Dar un poco de nuestro tiempo y energía puede ser útil para alguien que necesita ser escuchado o que necesite que otra persona esté ahí presente.

Aunque la mayoría de estas personas no le entregaron sus vidas a Cristo, la compasión y el amor de Él por las personas lo llevaron a dedicar su tiempo a ellos de manera desinteresada.

Jesús no eligió con quién trabajar, basándose en lo que le podían dar. De hecho, encontramos relatos de cómo Él dedicó tiempo a los niños y para las personas que tenían menos para ofrecerle (ver Mateo 19:13-14).

Los humanos suelen ser muy posesivos con su tiempo, especialmente en este mundo acelerado. A menudo pensamos en lo que debemos y queremos hacer, sin considerar lo que necesitan quienes nos rodean.

A veces, los seres humanos simplemente necesitamos reducir el ritmo, mirar a nuestro alrededor y reconocer dónde se nos necesita.

Dar un poco de nuestro preciado tiempo y energía puede marcar una gran diferencia para alguien que necesita un oído que le escuche, un hombro sobre el cual llorar o, simplemente, para estar allí.

Los tres amigos de Job no siempre fueron los mejores ejemplos de amistad, aunque comenzaron con el pie derecho en sus comentarios hacia Job. En Job 2:11-13, encontramos a los tres hombres viniendo a sentarse con su amigo afligido. Ellos, correctamente, estuvieron en completo silencio durante siete días y siete noches.

Seguramente estos hombres tenían otras cosas importantes que hacer, pero estaban dispuestos a dedicar tiempo a un amigo necesitado.

El tiempo y la energía son bienes preciosos en este mundo. Tenemos dos opciones: podemos usar nuestro tiempo y energía sólo para nosotros mismos o podemos dedicarlos a las necesidades de los demás.

Un verdadero amigo está dispuesto a “posponer” sus necesidades y anhelos

El ejemplo de Jesús también nos enseña que hay ocasiones en las que, para mostrar amor, debemos anteponer los intereses de los demás a los nuestros.

Jesús ciertamente no quería sufrir la agonía de la crucifixión, pero lo hizo. ¿Por qué? Para nuestro beneficio. Él puso nuestra necesidad de perdón por encima de su deseo natural de evitar el dolor. En una escala mucho menor, también nosotros podemos anteponer las necesidades de aquellos a quienes amamos, sobre las nuestras.

El ejemplo de Jesús también nos enseña que hay ocasiones en las que, para mostrar amor, debemos anteponer los intereses de los demás a los nuestros.

En 1 Juan 3:16-17, el apóstol Juan habla de dar la vida por los demás al satisfacer sus necesidades: “En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?”.

A medida que vivimos, encontraremos oportunidades para ayudar a otros. Sin embargo, puede que esto no siempre sea conveniente. A veces, es posible que no queramos compartir nuestros bienes con otros. Aun así, un cristiano impulsado por un amor genuino es misericordioso y está dispuesto a dar, donde sea posible (ver también Gálatas 6:10).

Este tipo de amor es abnegado y no piensa primero en sí mismo. En cambio, prioriza las necesidades de los demás. Por supuesto, esto no significa que debamos descuidar nuestras propias necesidades. Pero si somos nosotros mismos la única persona a la que buscamos, no estamos cumpliendo la exhortación de Cristo en Juan 15:13.

¿Cómo podemos practicar el amor de Juan 15:13?

Existen muchos paralelos entre el ejemplo de Cristo y cómo los cristianos deben esforzarse por amar a los demás. Sin embargo, practicar este tipo de amor a veces es más fácil decirlo que hacerlo.

A continuación, hay algunas formas prácticas en las que podemos mostrar el amor descrito en Juan 15:13:

  • Dedique tiempo activamente a familiares y amigos. Muestre su amor y preocupación por sus seres queridos llamándolos, compartiendo una actividad, manteniéndose en contacto, enviándoles una tarjeta, etcétera.
  • Busque activamente formas de satisfacer las necesidades de un amigo. Podemos fomentar un espíritu generoso siendo conscientes de las necesidades de los demás. Reconocer las necesidades de los demás es un rasgo que debemos desarrollar.
  • Escuche activamente las conversaciones de otros. Muestre amor escuchando activamente lo que dicen los demás. Esto nos ayuda a estar mejor conectados y nos mantiene conscientes y preocupados de las necesidades de los otros.
  • Practique una forma de vida del “dar”. Estemos alertas en lo que podemos poner en una relación a través del servicio, no sólo en lo que podamos obtener de él.
  • Abstenerse de difundir rumores o chismes. ¡A los humanos les encantan los chismes! Pero difundir rumores, aunque sea divertido por el momento, perjudica a otros. Podemos sacrificar el placer de difundir cosas, aplicando la sabiduría de Proverbios 17:9. 
  • Resiste la tentación de guardar rencor. De vez en cuando, todos caemos en la tentación de sumergirnos en nuestra ira, pero se requiere misericordia y abnegación para perdonar voluntariamente a alguien que nos ha hecho daño.

Éstas son sólo algunas formas de practicar el amor abnegado por los demás. Le animamos a usted a considerar otras maneras en que se puedan aplicar las palabras de Cristo en Juan 15:13. 

Practique el amor abnegado

Las relaciones humanas son complicadas, pero Jesucristo nos enseña una manera perfecta de mantener y fortalecer nuestras relaciones. Lo más seguro es que nunca nos colocaremos en una posición que nos obligue a sacrificar nuestra vida física por otra persona, pero podemos practicar el amor abnegado por los demás, a diario.

Jesucristo nos dio el mejor ejemplo de cómo practicar este nivel de amor. Siguiendo su ejemplo perfecto, podemos sacrificar amorosamente nuestro tiempo, energía, necesidades y anhelos por los demás.

Jesús dijo que no había mayor amor que “dar la vida por los amigos”. Así es cómo podemos aplicar sus palabras en nuestras vidas.

Acerca del autor

Jordan Iacobucci

Jordan Iacobucci

Jordan Iacobucci asiste a la congregación de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial, en Raleigh, Carolina del Norte.

Jordan es un miembro activo de la congregación de Raleigh y se desempeña como director de himnos y también como orador de sermones.

Creció en Nueva Jersey y se graduó de la Universidad Dominicana en 2022 con una Licenciatura en inglés. Actualmente trabaja como escritor independiente.  

En su tiempo libre, Jordan disfruta ampliar sus habilidades de escritor y pasar tiempo con familiares y amigos. Está inscrito en la promoción 2024 del Foundation Institute. Después de completar sus estudios bíblicos, planea seguir una carrera de escritor a tiempo completo.

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